AUTOR: Juan Andrés Moya Montañez
EDITORIAL: AUTOEDICIONES TAGUS/ Editorial Lulú
PÁGINAS: 360
ISBN: 9781326204082
FORMATO: PDF -SIN DRM.
El
amante es un rey superior a todos los reyes,
Un rey
que no teme a la muerte,
Un rey
al que no le interesa una corona de oro.
Rumi
El
célebre poeta musulmán persa Yalal Ad-Din Rumi introduce con sus versos
místicos y románticos cada uno de los capítulos de ISHQ: El color de las
granadas, de Juan Andrés Moya Montañez. En esta estrofa, con una pequeña
reflexión, da pie al tema principal de la novela: el amor, que acompañará al
lector de una manera emocional e intensa a lo largo de toda la historia.
No
escrita para todo tipo de sensibilidades, a lo largo de sus veintitrés
capítulos, la narración en prosa poética transportará, a quien se
aventure entre sus páginas, a la época del imperio Mongol (finales del siglo XVI
y principios del XVII) en el escenario de Lahore. Una muestra de la rigurosa
documentación histórica y ambiental que enmarca la novela de manera visible es
el uso de varias expresiones del idioma urdú (popular en India y Pakistán) que
se incluyen en un glosario final con su traducción occidental. Lo que de
manera aparente sólo son unas siglas en el título tienen una traducción
concreta, unida de manera absoluta a las vivencias de los dos protagonistas.
La
lectura de esta historia, bien por el peculiar estilo preciosista y almibarado,
bien por la lentitud de algunos pasajes en los que el autor se deleita para
deleite del lector, requiere de bastante atención para apreciar la elección de
cada palabra. El lenguaje rico, poético, y bastante lento en algunos párrafos,
permite escenas pausadas que bien podrían formar parte de un poema oriental por
su manera de ser dibujadas con letras. Escenarios y situaciones descritas de manera tan sensorial que, en
ocasiones, se intuye un regusto erótico.
Resulta
comprensible, en el contexto de la historia, el recurso lingüístico continuado
de tanto adorno, que en el ambiente adecuado de una lectura reposada es como
una melodía en la que mecerse por los parajes que describe.
Sobre
la trama principal, quizás predecible desde un principio tratándose de una
novela romántica histórica, podríamos destacar el buen gusto y la sensibilidad
de su autor para dejar abierta una ventana al lector, que mediante las
reflexiones de sus personajes y algunos datos aportados por el narrador,
permite sentir y disfrutar la historia desde un punto de vista adulto y
realista. No encontrará el lector ñoñerías adolescentes o deus ex machina
que solucionen la situación a golpe de hada madrina. Plantea el ya utilizado
dilema de la figura de un personaje de poder, atado a sus obligaciones y
privilegios, enamorado de otra persona de muy bajo nivel. Cada uno se comporta
como su status exige, pero ninguno de los dos puede enfrentarse a lo que les
dicta su corazón, y en el camino por la lucha de ese amor es cuando tienen
lugar las reflexiones que harán crecer a los personajes.
A
lo largo de 360 páginas, si consiguen enganchar tras el primer capítulo que es
más lento, se desarrollan 23 capítulos cortos y bien definidos que se presentan
como escenas largas, lo que lo hace bastante ágil de seguir.
El
uso de ese lenguaje tan poético y recargado, al principio puede ser un lastre
para el lector que no disfruta de la acción pausada y descriptiva, hasta el
punto de tener que volver atrás si no se está centrado en la lectura. Aunque a
lo largo de la novela, ese estilo resulta necesario y pasa a un segundo plano,
se vuelve invisible, y no dificulta seguir la lectura en ese tono.
Sobre
el autor, Juan Andrés Moya Montañez, tiene otro libro publicado, Noche y niebla,
además de su blog personal y sus reseñas en paneles de opinión con muy buenos
resultados. Narra con un estilo muy trabajado pero a la vez sencillo, y sobre
todo hace un trabajo con los personajes a nivel emocional tan completo que
consigue enamorar al lector.
No
recomiendo su lectura a quien guste de leer en tramos cortos de desplazamiento
o entre tiempos muertos porque no van a poder conectar con la historia. Tampoco
los amantes de las aventuras de acción desenfrenada se verán satisfechos. Por
contra, el lector que bucea en historias tranquilas, repletas de detalles a
conciencia, y narradas con mucha sensibilidad sí descubrirá en ISHQ: El
color de las granadas una lectura de lo más agradecida.
Replicante: Tania
Alcusón
Para una lectura: tranquila,
poética, sin distracciones, histórica
Efectivamente, se trata de una novela que hay que leerla con tranquilidad, porque es casi como un desahogo que invita a la recreación en todos los sentidos. Me ha gustado la manera en que has transmitido la historia, pues dando por hecho que la historia era previsible al cien por cien, es lo menos importante del conjunto, que brilla con luz propia.
ResponderEliminarUn beso.
Me ha gustado muchísimo tu reseña. Yo también creo que la novela gustará a aquellos que disfrutan de historial sosegadas y de gran carga emocional, y no creo que sea un libro adecuado para los ratos muertos o los viajes al trabajo. Muchísimas gracias por apoyarme, no sólo aquí sino en todas partes, y un besazo enorme!! :)
ResponderEliminarFeliz de que os haya gustado!
ResponderEliminarAndy, sabes que con esa sensibilidad de transmitir que tienes te seguiré leyendo en cada nueva creación que vomites.
A los nuevos lectores de la obra, preparaos para pasear entre los sentidos...
Muchas gracias por leerme! Besos!