viernes, 14 de marzo de 2014

Crítica literaria: La mujer de mi vida, de Nicolas Barreau

Obra:  La mujer de mi vida
Autor de la novela: Nicolas Barreau
ISBN: 978-8467040067


Como siempre París es el escenario idóneo para una historia de amor. Nicolas Barreau ha publicado hace poco su nueva novela en la que se retrata a un librero desafortunado en el amor, un tanto mujeriego (cosa que se aprecia en algunas de sus disertaciones) y, lo más importante, un enamorado del amor.
La mujer de mi vida,
Nicolas Barreau

La novela se denomina La mujer de mi vida. Esta obra es de aquellas que se puede leer de un tirón. Es bastante corta y la acción avanza a una velocidad vertiginosa, pues todo lo que ocurre sucede en apenas un día (veinticuatro horas para ser exactos).

Los personajes, como en todas las novelas de Barreau, son muy planos. En todo momento uno puede imaginarse cómo van a reaccionar, pues no tienen demasiada profundidad psicológica. Todos se mueven por lo mismo: el amor. El protagonista es un joven librero (yo me lo imagino con aires a Hugh Grant en Notting Hill) fumador compulsivo que no parece demasiado preocupado por trabajar, más bien, se centra más en perseguir a la que él denomina su amada por toda la ciudad de París de forma un tanto obsesiva. El encuentro inicial con ésta sucede en
el Café de Flore (por cierto, un café bastante concurrido y turístico de París). La aparición de ella causa en él todo un flechazo y al instante comienza a odiar al acompañante al que él llama Snape (en honor al personaje de Harry Potter).
 
Café de Flore, París.
La historia a pesar de sus tintes un tanto absurdos me recuerda a todas esas historias de amor en las que los protagonistas apenas tienen tiempo para conocerse. Solamente se producen mil desencuentros hasta el final en el que se reencuentran y se prometen amor eterno (Serendipity, Obsesión, etc.). Los personajes tienen una personalidad bastante marcada: Nathan es el psicólogo, racional pero muy amable con su mejor amigo; Olga es una anciana a la que el protagonista tacha de pesada y dificulta por accidente la búsqueda de su amada; Julie es la Audrey Hepburn de la librería (ignorada por el protagonista). Todos estos personajes contribuyen a los desencuentros entre el protagonista y aquella que denomina su amada, pero a su vez lo acompañan y consuelan en todo momento. El género tiene mucho que ver con el de las comedias de los años 30, 40 y 50, caracterizadas por tener una estructura muy definida y lineal (planteamiento, nudo y desenlace), un coro de personajes con funciones cómicas (aquellos que denominamos graciosos) y una forma de comportarse un tanto exagerada y llena de tópicos. Todo ello me inspira cierto aire nostálgico.

En general, la obra es divertida. Bastante repetitiva, en la línea de las otras obras de Nicolas Barreau (La sonrisa de las mujeres, Me encontrarás en el fin del mundo y Atardecer en París), pero al menos la forma de relatar la historia evidencia bastante ingenio y hace honor a todo un género bastante olvidado en la literatura de hoy en día.

Para una lectura: distendida, divertida y nostálgica.
Replicante: Silvia Serret
 Estrellas: tres de cinco.

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