Música para camaleones, Truman Capote |
Puesto que últimamente no me llaman nada la atención las secciones de novedades literarias, he decidido retomar a viejos conocidos y, recientemente, he releído Música para camaleones, de Truman Capote.
Como autor Capote fue, junto a Hemingway, el iniciador en EEUU de la llamada novela de no ficción o documental. Un estilo propio que bebía de su contacto con lo más granado de la alta sociedad neoyorkina pero también de su descenso a los bajos fondos. Música para camaleones aúna ambos mundos de manera tan natural y fluida que los personajes rezuman esa química especial que confieres a una persona que conoces de toda la vida, como si fuesen viejos amigos.
Este es, sin lugar a dudas, uno de mis libros preferidos: ligero y delicioso, el colofón de la obra del escritor estadounidense. Los relatos, extravagantes y con una prosa documental heredada de su trabajo más tortuoso, A Sangre fría, muestran un Capote íntimo y melancólico, un artista consumado y despojado de florituras y forzados alardes literarios.
Las historias fluyen y embaucan al lector trasladándolo a la cotidianeidad extraordinaria de aquellos que viven en planos paralelos sobrepasando la vulgaridad.
El libro está dividido en tres partes. Una de relatos cortos donde se enmarca la historia que da nombre al libro. Lujo decadente, amor, desamor y reminiscencias de infancia se dan cita en historias cortas que son una lección de es un alarde de talento, técnica y amor por la escritura.
La segunda sección, más oscura y compleja, Ataúdes tallados a mano, relata vidas y crímenes, incluidos la tortuosa y tenebrosa época en la que Capote escribió A sangre fría (es la segunda vez que lo nombro y no por casualidad)
Finalmente, la parte más personal y cercana, Conversaciones y retratos, personajes retratados desde la intimidad y melancolía que emborronan los recuerdos felices y que nos sumergen en el día a día de la alta sociedad neoyorkina. La más maravillosa, en mi humilde opinión, es Una hermosa criatura, dedicada a Marilyn Monroe, que retrata a la actriz con cariño, sin caer en el dramatismo ni la adulación, pero con calidez y claridad.
En definitiva, una novela ideal para retomar el gusto por lo mejor de la literatura (estadounidense) de principios del siglo XX.
Replicante: Carla Arrieta.
Calificación: cinco estrellas.
Para una lectura: deleite artístico.
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