Ray Bradbury
Trad. Marcelo Cohen
Minotauro, 2002
Hay libros que te trasladan a otra dimensión, a un mundo mágico en el que las sensaciones flotan en el aire, un mundo de letras dibujadas con el lápiz de la ilusión.
Pero no, no estamos ante una novela, ni ante un libro de relatos… Estamos ante un libro dedicado a desgranar de la forma más pasional y contagiosa posible, el proceso de la creación literaria, y nada más y nada menos que de manos de Ray Bradbury, uno de los mejores escritores de fantasía y ciencia ficción de todos los tiempos, aunque esas categorías se queden cortas, muy cortas.
Ray Bradbury, autor de novelas como Crónicas Marcianas, Fahrenheit 451 o El vino del estío se deja llevar por la pasión, por su amor por la literatura y nos cuenta sus influencias, sus obsesiones… Porque este no es un libro sobre la creación literaria en sí sino sobre la pasión por la literatura; estamos ante un omnívoro literario, casi arrogante en el sentido de reivindicar una y otra vez el eclecticismo. Habla de literatura pulp, de películas de serie B, de cómics, del disfrute por el disfrute, del placer por el placer.
«Garra. Entusiasmo. Cuán raramente se oyen estas palabras. Qué poca gente vemos que viva o, para el caso, crea guiándose por ellas».
Bradbury aprendió a muy temprana edad que no debía seguir la corriente de «no leas eso porque ya pasó la edad, lee algo más profundo». Al hablar de los cómics de Buck Rogers dice «Los amigos me criticaban. Los amigos se burlaban. Rompí las tiras de Buck Rogers». Y añade «… éstos no son amigos; estos que me hicieron romper las tiras y así me rompieron la vida por el medio; son enemigos.» Y concluye: «Desde aquella vez nunca le he prestado atención a nadie que criticara mi gusto por los viajes espaciales, las barracas de feria o los gorilas. Cuando esto ocurre, meto mis dinosaurios en el bolso y me voy de la habitación».
En el fondo Zen en el arte de escribir es una celebración de la vida, de la vida de los libros y de las sensaciones tan placenteras que producen. Nos hacen reír, llorar, asombrarnos, tener miedo… ¿He dicho asombrarnos? Sí, ¿verdad? «Yo estaba enamorado, por entonces, de los monstruos y los esqueletos y los circos y las ferias… Todo lo bueno de mi existencia me ha venido de mi duradero amor por esas cosas sorprendentes».
Entre los títulos de los ensayos recogidos en el libro: Cómo alimentar a una musa y conservarla, El largo camino a Marte, La mente secreta o el definitorio La dicha de escribir; en este caso, la dicha de leer: leer Zen en el arte de escribir. Porque se trata de un libro no sólo recomendado a los amantes de la literatura, a futuros y consagrados escritores, sino que sus enseñanzas son aplicables a cualquier pasión creativa en la vida.
En cuanto al aspecto físico, está bien editado, con una portada sencilla pero llamativa, y no aprecio erratas. Es cierto que la edición ya no es sencilla de encontrar, han pasado más de diez años. Si la descubren en una librería, no dejen de hacerse con este tesoro de cubiertas amarillas.
Clasificación: 5 estrellas.
Para una lectura: filósofica, intensa, entretenida.
Replicante identificado: Mr. Espectro
ResponderEliminar¡Por fin la de Bradbury! Gracias por compartir con nosotros este libro y un abrazo