La República Mejor, Pablo López. |
Pablo López.
Autopublicación. ISBN: 978-84-612-9147-2
Leí esta novela hace poco más de un año. Después han caído en mis manos otras buenas obras narrativas, pero ninguna como ésta. Aunque poco conocido, resulta un gran relato, de esos en los que sigues pensando mucho después de haberlo leído. No es una obra que merezca caer en el olvido.
Pablo López, licenciado tanto en Filología Árabe como Hispánica, es profesor en un instituto de Madrid. A ello se debe que su primera obra (El ángulo oscuro) se destinara a lectores adolescentes. Más tarde dio el salto a la literatura madura con esta novela social que comentamos aquí. Una novela bien documentada y escrita, pero que a las editoriales no les pareció rentable. De ahí, a diferencia de su novela juvenil, el autor se vio obligado a autopublicarse, puesto que, de ningún modo, deseaba que el tema quedara relegado al olvido.
Esta obra, bajo el irónico título —que procede de un verso de Calderón de la Barca—, esconde la crítica a las defectuosas relaciones que puede haber en una sociedad enferma como la española. Enfrenta a unos seres humanos con valores contra unos especímenes de interior esperpéntico (de lo que ahora está colmada la sociedad).
Cada personaje —totalmente individualizado y completo, tal como los seres humanos— hace gala de su propio registro idiomático, esto es, cada uno habla y piensa según su contexto personal (¡se percibe, incluso, que los acontecimientos se dan en los ochenta!). No es lo mismo introducirse en los pensamientos de la madre del protagonista que «escuchar» las conversaciones del grupo de Gabriel o las del de Tejada. Así que la vida no es vista de igual manera por unos y otros. Sin embargo, una es más cercana a la realidad y a la convivencia de los seres humanos, porque, como advierte el gran Antonio Machado, la verdad es lo que es aunque se piense al revés.
Añado las palabras con las que el propio autor resume su relato. Una noche tranquila y oscura de junio de 1986, un disparo retumba en el silencio y lo quiebra de forma fugaz, tan fugaz que ni siquiera despierta a los que duermen. Pocos minutos después, uno de los soldados de la guardia es hallado muerto junto a su garita, con un tiro en la boca. La calma no se rompe, los movimientos para averiguar lo que ha ocurrido apenas perturban la quietud de la noche. Unos cuantos días más tarde, también en mitad de la noche, una mujer desvelada abandona su lecho. Es la madre del soldado muerto. Sentada en su sillón, pasa horas desgranando sus pensamientos y haciéndose muchas preguntas que no obtienen respuesta. una en especial la hostiga de forma incesante: ¿por qué se ha suicidado su hijo? Ni lo entiende ni encuentra convincentes las explicaciones que le han dado. Al despuntar el alba, ya tendrá tomada la decisión de empeñar su vida en la búsqueda de la verdad.
Aunque es un libro interesante que se introduce en la psicología de los personajes con el propósito de hacernos no olvidar (uno de los vicios de España), sus características físicas no hacen un favor a la extraordinaria obra. La portada no resulta atractiva (negra, con un cuadrilátero blanco enmarcando el título y lo que parece una luna), ni tampoco las hojas. La presentación no llama a leer la novela: líneas demasiado juntas, poco margen, letra pequeña. Sin embargo, eso no debería echarnos para atrás, porque esconde un contenido del que hemos de aprender, así como un cuidado estilístico que muchos autores habrían de tomar como modelo. Pero estamos ante una sociedad que se guía por las apariencias. Esperamos que un buen editor vea el valor de este texto y le haga una cirugía estética.
Es, por tanto, una novela lejos de la de tinte comercial y de la «literatura» vacía. Es una obra madura y sensible (humana) que desea entretenernos para también hacernos reflexionar sobre la realidad que nos rodea y sus males a fin de que salgamos de la abulia que nos envuelve y le pongamos fin con arrojo, como Soledad o Salvador.
El libro provoca sentimientos encontrados: enfado —indignación, más bien—, tristeza, empatía (que falta mucha en los tiempos que corren), alegría (tiene sus partes graciosas). Lo tiene todo y, además, una prosa cuidada.
En consecuencia, resulta una obra que merece ser leída y tener un lugar en nuestros estantes. Tanto por el contenido como por el esmerado estilo —pero natural— se encuentra cerca de la matrícula de honor; sin embargo, la presentación disminuye su valoración. De modo que un ocho es una nota merecida. Calificación que podía aumentar con una buena edición.
Clasificación: 3 estrellas
Para una lectura: social, comprometida y exigente.
Replicante identificado: Selene Alshams.
ResponderEliminarEnhorabuena por el debut. Tiene muy buena pinta. Me lo apunto
Muchas gracias. Ha sido un placer empezar con esta obra, un auténtico lujo.
EliminarYa comentaremos
Un abrazo.
Empezaré por agradecer al replicante que mantiene este blog que haya permitido que se publique en él una reseña sobre "La república mejor", porque el mísero e infelice destino de los libros autopublicados no suele dar para estas alegrías. Como no podía ser menos, envío también mi agradecimiento a Selene Alshams, por esa crítica tan elogiosa que hace de mi libro. Quiero hacer una puntualización acerca de la portada. Selene, esa luna tocaya tuya de la portada tiene una relación con el argumento de la obra, que seguro que a ti no se te ha escapado. Hubo quienes me advirtieron contra el carácter minimalista y un tanto tenebroso de esa portada, pero sacrifiqué la vistosidad al guiño argumental. Por lo demás, me pareció que el motivo no carecía de originalidad. Para más detalles acerca de la intención y el alcance de este libro, os dejo aquí este enlace con mi blog:
ResponderEliminarhttp://papabloblog.blogspot.com.es/2010/03/mesa-redonda-en-el-ateneo.html
Gracias de nuevo.
He leído el enlace que dejas. Uf, debió ser verdaderamente emocionante.
EliminarAl resto de lectores, os recomiendo pasar por ahí. Se dan más apuntes sobre la obra. Apuntes muy interesantes.
Un saludo.
Selene Alshams
Muchas gracias a ti tanto por pasarte por aquí como por escribir esa gran novela.
ResponderEliminarSobre la ilustración de la portada, entiendo lo que indicas y es cierto que está vinculada al argumento, pero creo que para el público general no llama la atención. De todos modos sigo pensando que es una gran novela. Deseo que tenga más suerte. Espero que este vehículo haya sido una ventana a través de la cual algunos futuros lectores hayan descubierto esta obra.
Gracias por habernos visitado en nuestro humilde hogar.
Un abrazo.
Selene Alshams
Gracias a ti, Selene, aunque con cierto retraso.
ResponderEliminar