TÍTULO: La última noche en Tremore Beach
AUTOR: Mikel Santiago
Ediciones B
ISBN: 978-84-406-9648-9
412 páginas
Hacía tiempo que no me sumergía en una
novela de intriga o suspense. Años atrás era un asiduo a este tipo de lectura,
de la mano de autores como Stephen King. Después, me alejé en busca de otros
horizontes. Sin embargo las razones para leer La última noche en Tremore
Beach, eran muchas. Para empezar llevaba tiempo oyendo hablar de la primera
novela larga del escritor Mikel Santiago, que tras publicar varios relatos y
dos novelas cortas, ha obtenido una gran repercusión con su primera historia larga.
Todo lo que escuchaba sobre el libro que nos ocupa era bueno: había leído en la
prensa que la editorial que publica al propio Stephen King en estados Unidos había
adquirido los derechos de edición en inglés. Por otro lado el cineasta
Alejandro Amenábar, tras leer la novela, se puso personalmente en contacto con
Mikel Santiago para adquirir los derechos de adaptación de la misma. La
curiosidad por leer el libro no podía ser mayor. Las expectativas
eran altas, y sabía que eso podía ser un handicap para mi lectura. Sin embargo
cuando apenas llevaba un par de decenas de páginas, lo que rodeaba a la novela
desapareció, y todo quedó en Tremore Beach.
Peter Harper, un importante compositor de bandas
sonoras de cine galardonado con varios premios y una nominación a los Oscar, se
encuentra sumido en un profundo bloqueo artístico, reflejo del bache personal
por el que está pasando. Un traumático y reciente divorcio lo lleva a poner en
duda los cimientos de su mundo. Ante la necesidad de volver a empezar y
recuperar la inspiración vital y artística, viaja a Clenhburran, un pequeño
pueblo en la costa irlandesa, lo que implica alejarse de su ex mujer y los dos
hijos de ambos, que viven en Holanda. Se instala en una casa alejada del
pueblo, prácticamente aislada y situada junto a la playa. Sus únicos vecinos,
Leo y Marie Kogan, un matrimonio maduro y encantador, viven en el otro extremo
de la playa.
En este contexto, Peter comienza una nueva vida, recogida
y discreta. Poco a poco, va recuperando el equilibrio, apoyándose en su buena
relación con Leo y Marie y en un incipiente vínculo con Judie, la joven que
regenta el hostal del pueblo.
Una noche de tormenta, al volver a casa después de
cenar con los Kogan, un extraño incidente perturbará la calma del protagonista.
A partir de ese momento, un dolor de cabeza recurrente y pesadillas vívidas
como alucinaciones comienzan a atormentarlo. Peter no podrá evitar asignarles
un carácter premonitorio, por motivos relacionados con su pasado y que se irán
desgranando en la novela. Estos sueños incluyen hechos violentos relacionados
con la gente que le rodea, incluyendo a Beatrice y Jip, sus hijos, que están a
punto de visitarle para pasar con él las vacaciones. Comienza a indagar acerca
de los acontecimientos reflejados en las pesadillas, y esto le llevará a
inquietantes revelaciones sobre el pasado de Leo, Marie y Judie. Un halo
invisible de misterio rodeará entonces la lectura, y esa intriga no nos
abandonará hasta el final, donde el autor consigue hilar con solvencia los
cabos sueltos que parecen alinearse en una noche: la última noche.
Mikel Santiago consigue ofrecer los matices
necesarios para que el lector conecte con el protagonista. De hecho, profundiza
con gran acierto en la psique de Peter, en su voz interna, que esto dota a la
novela de una carga psicológica que lleva al lector a sumergirse y a resistirse
a abandonar la lectura hasta el final. Como un alquimista, juega con las dosis
justas para crear el efecto deseado: mantener al lector con la mirada fija en
las páginas. La tensión constante y en imparable crescendo se ve aliviada puntualmente por pequeñas dosis de humor
que equilibran las sensaciones de la lectura; las respuestas a los enigmas
llegan a tiempo de evitar la frustración del lector. Si a todo esto añadimos la
ágil narración en primera persona, y el calculado juego que el escritor hace
con lo misterioso e incluso con el constante revoloteo de la hipótesis
sobrenatural, puedo decir que estamos ante una gran ópera prima que augura un prometedor
recorrido que tendrá toda mi atención.
Para una lectura: Envolvente, intensa, impaciente.
Replicante: Andoni Abenójar.
Replicante: Andoni Abenójar.
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