viernes, 10 de abril de 2015

Crítica literaria: “El misterio de la casa Aranda”, de Jerónimo Tristante.

Cubierta de la novela
 El ministerio de la casa Aranda.
Título: El misterio de la casa Aranda.
Autor: Jerónimo Tristante.
Páginas: 368.
Editorial: Plaza & Janes Ediciones.
ISBEN: 9788401343285

Si les gustó la serie de TVE protagonizada por Carles Francino en el papel de Víctor Ros, ahora tendrán la ocasión de leer el libro con el que arrancó la saga del personaje.
Para quienes no sepan nada de dicha saga ni del personaje les comentaremos que se trata de un tipo de novela a caballo entre lo policíaco y lo histórico, ya que los casos resueltos por el hábil subcomisario se enmarcan en el Madrid de finales del XIX y principios del XX. Precisamente, la época en la que se empezaron a introducir técnicas de investigación forense, las huellas dactilares o el análisis, por ejemplo, de unas cenizas para determinar si estas resultan de la combustión de un libro, del tabaco o de algún otro objeto.

Los aciertos de la saga, en este caso, vienen definidos por la fuerza del propio protagonista. Un hombre que en su infancia estuvo metido en la delincuencia juvenil y que gracias a sus dotes e inteligencia fue rescatado de aquel mundo por su padrino, don Armando Martínez, un hombre de buen corazón que decide ayudar a la madre del chico y acoger a Víctor como a ese hijo que nunca terminó de tener.
Hay otros personajes memorables como el comisario Blázquez, el enigmático Aldanza, la bella Clara o la Valenciana, una prostituta capaz de hacer oír su voz para que se investiguen los casos de varias mujeres asesinadas en circunstancias similares.
Aparte de los personajes, ese toque histórico que nos evade de los tiempos actuales por un lado; por otro nos hace ver con bastante claridad que las sofisticadas técnicas de la actualidad tienen su antecedente en aquella época, supone, según mi modesta opinión, otra de las claves indiscutibles de la saga.
Con este panorama, parece que lo menos importante fueran los casos policiales en sí y, de alguna manera, algo de eso hay. De todos modos, son casos con un toque misterioso y original que atraparán a cualquier lector. Casos que leeremos con gusto e interés.
Aunque la clasificación evidente es la de género policíaco me parece que estos casos aportan un marco de referencia en el que se mueven los personajes sin que sea esto lo más relevante. Lo que más nos interesa, por lo menos a mí, son las vidas de cada uno de ellos, sus sentimientos, sus luchas y sus aficiones.
La parte histórica aporta, si me apuran, más que la policíaca en el sentido de ofrecernos pasajes curiosos de los usos y costumbres de la época. Desde las comidas, las lecturas, los puntos de encuentro y, por supuesto, la fiesta de los toros, la gran afición de Blázquez. Uno de los pasajes que me han resultado más interesantes del libro es esa tarde de toros en la que Frascuelo y Lagartijo torean mano a mano ante la atenta mirada de Víctor Ros que acudía por primera vez a una plaza de toros. Es curioso, pero esta escena no la recuerdo en la serie, no sé si porque me la perdí o porque se omitió en la adaptación televisiva.
Formalmente, estamos ante un libro de tamaño estándar, ritmo alegre y ligero, letra muy amigable y blancos adecuados que ayudan a la lectura. Un tamaño y peso que no son especialmente inconvenientes a la hora de transportar el libro nos animarán a no dejar el libro en casa para poder leerlo en el metro o el autobús. En la cubierta, Víctor Ros –Carles Francino- Apoya el bastón en su hombro izquierdo mientras tiene la mano derecha metida en el bolsillo. Al fondo, la Puerta del Sol en una lámina de época. Muy distinta a cómo luce hoy en día. Que la disfruten.
Replicante: Doctor Adolfo Caparrós Gómez del Mercado.
Para una lectura: histórica, policiaca, ágil.
Calificación:

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