Obra: Kichay
Autor: Alejandro Romera.
Chiado Editorial
Páginas: 73
ISBN: 978-989-697-847-1
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Topé con
este librito gracias a la confianza que el propio autor mostró en a Los libros del replicante. Tras su
lectura, la decisión fue clara: Kichay merecía estar en la biblioteca del replicante.
En la
solapa del libro nos dice el autor:
Mi
nombre es Alejandro Romera Guerrero y, desde que tengo uso de razón, mi sueño
ha sido escribir. De hecho, nunca he dejado de hacerlo. Aunque sea ahora, a mis
treinta y pico, cuando haya empezado a compartirlo con los demás. En 2011
publiqué mi primer libro, Miradas de ébano, con Chiado Editorial. Un año
después, vuelvo a la carga con Kichay. No tengo premios ni una dilatada carrera
como literato, tan solo la necesidad de contar. Aquí dejo algunas historias que
han ido aflorando por mi cabeza a lo largo de los años. Si decides entrar,
espero que las disfrutes.
Con Kichay,
Alejandro Romera nos acerca una colección de quince relatos, de los que, a
continuación, indicaremos someramente, para no desvelar mucho, el argumento.
Nuestro
camino comienza con <<Una vuelta al mundo>>, donde un pequeño pide
al profesor que dé la vuelta al mapamundi. ¿Cuáles serán las consecuencias?
Un narrador-protagonista
toma la palabra en <<Simbiosis>>, para justificar una vida
sedentaria, aunque el narrador implícito lo juzga.
En
<<La mirada de Amanda>>, el protagonista hace una confesión. Aquí,
un desliz del narrador, pues, aunque nos sugiere que es gallego, emplea leísmos
propios del habla (no de la escritura) de algunas zonas de Castilla.
<<¿Qué
tiene de malo?>> gira en torno a tres personajes y a la reflexión sobre
la moralidad de que exista el zoo.
Con
<<Tres de agosto>> nos llama la atención sobre el orgullo y sus
consecuencias. Relato interesante, en especial por la mezcla de tiempos.
En
<<El viaje>>, un personaje da explicación a un suceso concreto que
intriga a otro.
Sobresale,
en <<Soledades>>, el curioso uso del monólogo interior, hilo
caótico de los pensamientos muy del gusto del los noventayochistas y de la
narrativa experimental de los sesenta.
<<Efímero
instante en que soñé que te amaba>> vuelve al empleo del
narrador-protagonista, esta vez obsesionado.
<<Soldado
de Plastilina>> (¡qué buen título!) relata, en presente, la historia de
un padre que ha perdido, uno a uno, a los miembros de su familia y la búsqueda
del último hijo que le queda.
<<Platos
rotos>> es una carta en la que la voz protagonista confiesa un curioso
secreto a un tal Hugo, el narratario del relato.
<<Cuando
la noticia calla>> gira en torno al tema de la guerra.
<<Suavidad
de aquel baño>> llama la atención sobre el giro que puede dar el destino
ante la toma de decisiones.
<<Recortes
eternos>>, relatado en estilo indirecto libre, introduce la perspectiva
de una ardilla que se cuela en una casa.
En
<<Demasiado tarde>>, el protagonista sigue su rutina, pero ese día
algo lo sorprende en el baño.
<<Kichay>>
es el relato que cierra esta antología y el que le da nombre. El protagonista
de la narración es un libro, con el título de “Kichay”, que aparece en una casa
cuyo dueño ha leído y releído todas las
obras del lugar. Sin embargo, ésta no sabía ni que la tenía. ¡Qué extraño!
Esta
antología, a pesar de algunas incorrecciones en la puntuación, es excelente
para que nos acompañe en el metro, en el autobús o en la playa. La brevedad de
los relatos muchos de ellos con finales inesperados, facilita su lectura.
Destaca la recuperación de algunas técnicas narrativas olvidadas y el análisis
tanto de la sociedad como el comportamiento humano con giros originales que
lleva al lector a la reflexión mediante el entretenimiento, sin que casi él
mismo se dé cuenta. Resulta una refrescante lectura que recupera y reivindica una tradición
literaria española: la buena narración breve.
Replicante:
Selene Alshams.
Estrellas
sobre cinco: tres.
Para una
lectura: humana, entretenida y comprometida.
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